sábado, 13 de febrero de 2010

Ámsterdam, 1924



El XXVII Congreso Eucarístico Internacional
23 al 27 de julio de 1924.


El segundo Congreso Eucarístico del siglo XX que sería celebrado en una ciudad protestante, tuvo como sede a Ámsterdam, la capital holandesa donde los católicos encontraban difícil mantener su fe en un ambiente hostil; el mismo lugar donde, el 15 de marzo de 1345 ocurriera un milagro eucarístico.
El Lema del Congreso fue: "La Eucaristía y Holanda" y la preparación del mismo incluyó misiones populares, triduos de oración y procesiones eucarísticas que, durante los días del Congreso, se multiplicaron a lo largo y ancho del territorio holandés.
El Cardenal Legado fue Monseñor Wihelmus Marinus van Rosum, c.ss.r., Prefecto de la Congregación de Propaganda fide, quien fue recibido por Monseñor Heylen, Presidente del Comité permanente de los C.E.I., en la Iglesia de San Vilibrodo, en la que bendijo a los congresistas la tarde del día 23 de julio. Por la noche, tuvo lugar la apertura del Congreso en el Stadio, vasto anfiteatro, capaz de contener 40,000 personas, que fue completamente decorado con motivos eucarísticos para la ocasión. Estuvieron presentes los Cardenales Bourne, Piffi, Dubois, Bertram, Schulte, Reg y Casanova, además de arzobispos, obispos, sacerdotes y demás congresistas.
Los sacerdotes congresistas sesionaron en el Colegio de San Ignacio; don de destacó la presencia del R.P. Michael d' Herbigny, s.i., Presidente del Pontificio Instituto Oriental en Roma, quien trató con pericia argumentos de altísimo valor dogmático.
Hubo cuantiosas primeras comuniones de niños y una respetuosa y benevolente actitud de parte de los grupos protestantes de ese país. En el discurso de clausura, Monseñor Hielen y el Cardenal Legadok, se unieron en una rendida acción de gracias al Todopoderoso por el éxito del Congreso.
El domingo 27, encontrándose el anfiteatro a su máxima capacidad, se tuvo por la mañana una solemne Misa pontifical, espectáculo conmovedor: los arreglos, las flores, la exactitud de la liturgia y sobre todo la fe de los ahí presentes fue una respuesta clara de la devoción y amor a Jesús Eucaristía. En su mensaje personal cablegrafiado, el Papa Pío XI dijo a los congresistas que redoblaran sus esfuerzos para que "Jesús, en la Sagrada Eucaristía, extienda siempre su reino de amor y de paz fraterna en los corazones de todos, de las familias, y de toda humana sociedad".
La procesión con el Santísimo Sacramento reunió a setenta mil personas en el Stadio, donde se desarrolló el acto. Conmovidos, los congresistas irrumpieron el silencio para cantar el himno Oficial del Congreso: A tí, Rey de los siglos.
Una gran lección de civilidad y respeto por parte de la Corona Holandesa y de sus súbditos en general, fue la que se vivió durante la celebración de este Congreso.

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MILAGRO EUCARÍSTICO
El 12 de marzo de 1345, pocos días antes de la Pascua, Ysbrand Dommer mandó llamar a un sacerdote, porque se encontraba al borde de la muerte. Después de haber comulgado, vomitó todo en una vasija, cuyo contenido fue inmediatamente arrojado al fuego de la chimenea.
Al día siguiente, Ysbrand ya se había recuperado. Una de las domésticas que lo servían se acercó a la chimenea para encender el fuego y notó una extraña luz que irradiaba de una Hostia que flotaba sobre las llamas. Ysbrand la cogió y la envolvió en un pañuelo, la puso en un cofre y mandó llamar a un sacerdote. Sin decirle nada a nadie, el sacerdote llevó la Hostia a la iglesia de San Nicolás, que actualmente es la “Vieja iglesia”. Pero ante la sorpresa de todos, al día siguiente la Hostia se encontraba de nuevo en el cofre. Por segunda vez, el sacerdote vino y se llevó la Hostia a la iglesia de San Nicolás. Cuando al día siguiente, de un modo inexplicable, la Hostia estaba por tercera vez en el cofre, comprendieron que había que dar a conocer éste milagro al público. La Hostia fue llevada nuevamente a la iglesia de San Nicolás, pero esta vez en solemne procesión y, con el tiempo, la casa de Dommer fue transformada en una capilla (Heilige Stede).
El día de Pascua, los testigos y el alcalde del pueblo de Amstel redactaron un informe detallado de todos los hechos. Este documento fue luego entregado al Obispo de Utrech, Jan van Arkel, quien autorizó el culto del Milagro.
En 1346, tras una investigación, el Obispo de Utrech declaró la autenticidad del Milagro. La conmemoración del Milagro se convirtió en fiesta religiosa y municipal. La solemne procesión se celebraba todos los años.
En 1452 la capilla quedó destruida luego de un incendio, pero extrañamente la Custodia con la Sagrada Partícula permaneció intacta.
En 1578 la procesión fue prohibida por las autoridades municipales protestantes, cayendo la capilla en desuso.
En 1665 el Consejo de la ciudad autorizó al Padre Jan Van der Mey para trasformar una de las casas del ex convento de las Beguinas en capilla. Allá fue trasladada la preciada Custodia, que fue robada días después de su llegada. Sin embargo, hasta hoy se realiza la exposición permanente del Santísimo Sacramento en memoria perpetua del Milagro.
En 1881 se tomó la iniciativa de restablecer la procesión, pero en silencio (Las procesiones estaban prohibidas a raíz de la Reforma Protestante). Desde entonces “la Procesión Silenciosa” (Stille Omgang) se hace en el mes de marzo, la noche del sábado al domingo que siguen al inicio de la “Semana del Milagro” (Mirakelfeest), celebración que comienza el Primer Miércoles después del 12 de marzo: los fieles caminan rezando en silencio, siguiendo el recorrido de la histórica Procesión del Milagro (Heiligeweg).
En 1908 la capilla, en desuso, fue demolida a pesar de las protestas de muchos. Mientras tanto, la capilla del Begijnhof fue indicada como el lugar conmemorativo del Milagro de Amsterdam.
Los únicos objetos que quedan como recuerdo del Milagro Eucarístico son la cajita que custodió la Hostia, los documentos que describen el Milagro y algunas pinturas que se encuentran en el Museo histórico de Amsterdam.
Cada año, en la vigilia del domingo de Ramos, se realiza la procesión silenciosa en honor al Prodigio.
Entre los peregrinos que en el curso de los años han acudido a Amsterdam, figura el Emperador Maximiliano de Austria, que fue a pedir la curación. En agradecimiento por la gracia obtenida, concedió a la ciudad de Amsterdam tener su corona en el escudo de la ciudad.

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Fuente: CHÁVEZ Alonso, Historia de los Congresos Eucarísticos Internacionales. Boletín Informativo #8. XLVIII Congreso Eucarístico Internacional. Guadalajara 2004. Págs.37-38.
Milagro:The real presence
Website oficial Nuestra Señora de Todos los Pueblos Wikipedia
Imágenes: web.

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