domingo, 14 de febrero de 2010

Chicago, 1926



El XXVIII Congreso Eucarístico Internacional
20 al 24 de junio de 1926.


El segundo C.E.I. celebrado en el Continente Americano fue organizado por el Cardenal George Mundelein, bajo el lema "La Paz de Cristo en el Reino de Cristo".
El Legado Pontificio fue el Cardenal Giovanni Bonzano, quien fue recibido con especiales muestras de afecto.
Pese a no tratarse de una ciudad mayoritariamente católica, el entusiasmo de los fieles fue especialmente digno de destacar; tal y como lo describiría en sus páginas el Chicago Herald and Examiner, en su edición del 24 de junio de 1926: "No obstante que solamente la tercera parte de los habitantes son católicos, toda la ciudad está adornada de colores papales y motivos eucarísticos, pareciera que toda la ciudad estuviera llena de católicos".
Las asambleas generales fueron en el Stadium, grandiosa construcción abierta a modo de circo romano, la cual albergó 300, 000 congresistas en dos tandas: matutina y vespertina, y una cantidad igual que debió permanecer en el exterior del inmueble. Allí se celebró la Misa por la mañana de los días 21 al 23, y en él se impartió la bendición eucarística, la tarde del 22.
Las reuniones fueron presididas por el Cardenal Legado, asistido de diez Cardenales, centenares de Obispos, cinco mil presbíteros y otros tantos religiosos. Las asambleas particulares, por familias lingüísticas, fueron en inglés, italiano, francés, alemán y español.
La primera asamblea general se intituló Children's Day, pues consiguió reunir un orfeón de sesenta y dos mil niños y niñas vestidos de blanco y amarillo, procedentes de los abundantes colegios parroquiales, quienes interpretaron la Missa de Angelis.
La segunda asamblea, dividida en dos partes, fue el Women's Day, y estuvieron presentes casi un cuarto de millón de mujeres, número superado durante la asamblea nocturna por los varones: trescientos mil de ellos, una cantidad considerable socios de la Holy Nome Society.

Al cierre del Congreso, durante la procesión Eucarística en el parque del Seminario, asistieron, a pesar de un torrencial aguacero, medio millón de fieles. Fue esta, sin duda, la manifestación religiosa más grande de sus tiempos.
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La desenfrenada expansión económica y la especulación bursátil, sin precedentes en la hitoria de los Estados Unidos gestaba ya, para esas fechas, la terrible Gran Depresión (1929).
En México, tan sólo 40 días después de la clausura del Congreso, se desataría la persecución religiosa que daría inicio al movimiento de "Los Cristeros".
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Fuente: CHÁVEZ Alonso, Historia de los Congresos Eucarísticos Internacionales. Boletín Informativo #9 y 10. XLVIII Congreso Eucarístico Internacional. Guadalajara 2004. Págs.19-20.
Imágenes:Web
LAVENA, Massimo e Fabrizio Stinellis. Imágenes de los Congresos Eucarísticos Internacionales, de 1926 a 2000. Centro Televisivo Vaticano y Filmoteca Vaticana. 2004. DVD

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